En algún momento a finales de los años 40, antes de que cualquiera de los dos hombres se volviera famoso, Frank Sinatra apareció en un teatro en Nueva York. Después de su espectáculo, se dirigió a Harlem para ver al Will Maston Trio, liderado por un joven Sammy Davis Jr. Frank quedó asombrado por el talento de Sammy y, tras el show, le pidió a este último que asistiera a su propio espectáculo.
Pasó una semana, pero Sammy no apareció. Sinatra regresó a Harlem para ver nuevamente al Will Maston Trio y le preguntó a Sammy por qué no se presentó. Sammy explicó que estaba allí, pero no le permitieron entrar. Frank, indignado, irrumpió en el teatro, rompió su contrato frente a todos y nunca volvió a actuar allí. Este sería un tema recurrente a lo largo de su amistad y carreras. Cuando a Sammy no le permitían actuar en el Copacabana, Frank también se negaba a hacerlo.
Cuando a Sammy le negaron una habitación de hotel en Las Vegas debido a su raza, Frank intervino y dijo: “¡Dale mi habitación!” Después del accidente automovilístico de Sammy, donde perdió un ojo, Sinatra pagó todas sus facturas médicas. A lo largo de cinco décadas y cuarenta años de actuaciones conjuntas, un reportero le preguntó una vez a Frank por qué siempre fue tan caritativo con Sammy. Frank respondió en tres palabras: “Él es mi hermano.”
Por:José Manuel Santana ( El zorro )
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