En la madrugada de este lunes, se vivió una situación de tensión entre ciudadanos y policías en la avenida 27 de Febrero del municipio de Esperanza. Los jóvenes que participaban en un teteo, una fiesta popular que se ha extendido por todo el país, se resistieron a acatar las medidas sanitarias y el toque de queda impuestos por las autoridades para contener la pandemia de Covid-19.
Los teteos son eventos en los que se reúnen cientos de personas, principalmente jóvenes, a bailar, beber y divertirse al ritmo de la música urbana. Sin embargo, también han sido escenario de violencia, disturbios y desacato a la ley. Según las autoridades policiales, los teteos han dejado 22 muertos y 24 heridos en los últimos meses. La policía ha detenido a 300 personas diariamente por violar las disposiciones legales y ha coordinado con los directores de áreas y departamentales el mantenimiento de las medidas preventivas para evitar la ocurrencia de teteos.
Pero ¿qué motiva a los jóvenes a participar en estas fiestas? Algunos expertos señalan que los teteos son una expresión de rebeldía, descontento y marginación de algunos sectores de la sociedad dominicana, que no encuentran oportunidades ni integración en el desarrollo del país . Otros apuntan al influjo de algunos exponentes urbanos que convocan a sus seguidores a través de las redes sociales . Lo cierto es que los teteos se han convertido en un fenómeno social que requiere de una solución integral, que involucre a las autoridades, la comunidad, la familia y los propios jóvenes.
Los teteos no son la manifestación social que queremos para nuestra juventud. Su crecimiento sin control es la evidencia del fracaso en conseguir la integración de esos sectores, usualmente marginados, a la riqueza que el país ha ido registrando. Hay una tarea ahí, que inicia por procesar a los convocantes.
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